lunes, 22 de abril de 2013

Casa de verano con piscina,Herman Koch


Desde que a lo largo del siglo XIX la novela se instala en el análisis, amable o crítico, depende del autor, de la época, del momento, de la burguesía, al menos en occidente, los autores han ido analizando los miedos, pasiones, virtudes y defectos de la misa. O bien hacen un retrato de los que ocurre, por ejemplo la Regenta, o bien intentan su destrucción con una crítica feroz a su falsa moralidad, en la impagable Bola de Sebo, de  Maupassant.

En este libro con el que concluye su trilogía sobre la burguesía, Herman Koch, con la habilidad del buen escritor, aúna la ironía y la crítica para deslizarse por los mayores problemas morales de una burguesía que ha perdido los valores y fines de una clase. No creo que pretenda destruirla, pero la reflexión se hace necesaria en este mundo de falsa opulencia y deseos de riqueza (el sueño del matrimonio es comprarse una casa en la playa con piscina)
Así, aborda el tema del sexo sin tapujos, de una manera directa, acercándonos a él mediante personajes liberales y de conductas hipócritas e inmorales en muchos casos: el hombre adulto, un productor de cine, que se siente atraído por las jóvenes y que vive con una modelo plana, absolutamente trasparente, que le acompaña como un trofeo de guerra; el actor extrovertido, un galán de los de antes, que devora con la mirada a todas las mujeres, y que se pasea en pelotas en las reuniones familiares; unos adolescentes que despiertan al sexo, que trivializan la dimensión de sus actos y que, en el caso de ellas, viven con la ilusión de lo imaginario, de lo intangible, querrían ser modelos en USA; o el médico que odia a sus pacientes, que les engaña aprovechándose de sus miserias, de sus miedos hipocondríacos; el médico, personaje nuclear, que decide lo que es justo, sin ánimo crítico, y que desea a las otras mujeres a pesar de que está muy bien con su esposa.
El libro aborda otros temas, además de la falta de principios morales, de la hipocresía militante. Los enfermos del doctor son impagables, porque nos muestran un fresco de las miserias de la clase opulenta que solo se preocupa de su ombligo. No menos apasionantes son las reflexiones que hace sobre la sociobiología y el condicionamiento biológico en la conducta  La biología como contrapunto a la cultura, pero su fuerza es inmensa y lleva al hombre a actuar dejando aparte la razón.
En fin, nos encontramos con un excelente libro, serio, irónico, muy interesante y que consigue su propósito: una profunda reflexión sobre nuestras carencias, nuestras contradicciones y nuestros miedos.
Lo podéis encontrar en Salamandra. Aquí os dejo la sinopsis:



Autor de gran renombre en los Países Bajos —su anterior novela, La cena, fue Libro del Año y ganó el Premio del Público de ese país—, Herman Koch vuelve con otra estimulante historia de suspense donde una trama tejida a la perfección es el soporte para explorar sin ambages temas tan actuales como la ética profesional, la falsedad de las relaciones sociales o la difícil comunicación entre padres e hijos, así como los límites de la libertad sexual o el sentido de culpa en el seno de una sociedad permisiva y autocomplaciente.Próspero médico de cabecera en Ámsterdam, Marc Schlosser ejerce su profesión con cierta dosis de cinismo. Su nutrida clientela valora especialmente el tiempo que dedica a las consultas, pero esta aparente generosidad esconde unas intenciones menos nobles, que Marc disimula con habilidad. Cuando uno de sus pacientes, el famoso actor Ralph Meier, lo invita a pasar unos días de verano junto a su familia, Marc acepta pese a las reticencias de Caroline, su esposa, molesta por la arrogante vulgaridad de Ralph y su actitud de seductor irresistible. Así, los Schlosser y los Meier, con sus respectivos hijos adolescentes, compartirán con un maduro director de Hollywood y su novia, cuarenta años más joven, una casa con piscina a pocos kilómetros de una playa mediterránea. Los días transcurren con apacible monotonía, entre comidas, paseos, largas conversaciones de sobremesa, excesos con el alcohol y flirteos más o menos inocentes, hasta que una noche se produce un grave incidente que interrumpirá las vacaciones y cambiará para siempre la relación entre las dos familias. 

Casa de verano con piscina es una novela apasionante en la que nadie es del todo inocente, ni siquiera quienes parecen más frágiles e inofensivos. Herman Koch logra que el lector quede atrapado ante una incómoda encrucijada moral, que lo mantiene en vilo hasta la última página.

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