Para
ser sincero me pregunto en más de una ocasión la pervivencia que tiene un
libro, el tiempo de vida, por decirlo de otro modo, en el cual sigue estando
vivo y accesible para su lector. Evidentemente hay libros a los que se les dota
de una vida, de un tiempo ilimitado en el que los lectores de diferentes épocas
han podido acercarse a ellos y leerlos con sus diferentes puntos de vista,
culturas y tiempos; sin embargo hay otros libros que tienen un recorrido corto,
muy corto, que salen y desaparecen o se difuminan en las estanterías de ofertas
de una manera repentina, sin darle tiempo a respirar o a ofrecerse al público.
Las sagas, las series, que tienen una veintena de libros, o más, me temo que
caen en esta última categoría y son abandonados casi conforme salen.
Por
eso me pregunto si tiene sentido escribir sobre Brunetti, por mucho que me entusiasme,
que sea capaz de mantener esta disciplina espartana de leerlo cronológicamente
para conocerlo y adentrarme en su alma, en sus características como personaje,
siendo consciente, por supuesto, de que se publicó hace uno, dos o diez años y
que, lo más seguro, sea que la mayoría de lectores no tengan ni compartan mi
entusiasmo de lletraferit.
Él leía, Paola y los niños también, pero se dio cuenta de que él casi nunca hablaba de libros ni se cruzaba a menudo con gente que pareciese interesarse por ellos de manera más o menos seria.
Él leía, Paola y los niños también, pero se dio cuenta de que él casi nunca hablaba de libros ni se cruzaba a menudo con gente que pareciese interesarse por ellos de manera más o menos seria.
En
esta entrega volvemos a un Brunetti conocido, al policía consciente de su
entorno social, serio, pero perfectamente reconocible en las tramas que nos
presenta la autora. Muerte por asesinato o suicidio, como casi siempre no
importa, la muerte es la excusa que da marco al delito, pero lo que de veras le
importa a la autora es la reflexión social, en este caso la avaricia y el egoísmo,
los límites que se pueden traspasar para dar gusto a ese ego desorbitado que
tan común es en occidente y que tiene tantos puntos en común con el dinero.
Nuestro nuevo deber es trabajar hasta la tumba, ¿recuerdas? Para cuando tú y yo lleguemos a la jubilación, habrán subido la edad hasta los ochenta años.
Nuestro nuevo deber es trabajar hasta la tumba, ¿recuerdas? Para cuando tú y yo lleguemos a la jubilación, habrán subido la edad hasta los ochenta años.
Así, reflexionará sobre el dinero, los límites de la verdad, el rumor, pero también
volverá a la crítica política, a la corrupción generalizada, a los favores
subjetivos y a un universo decadente, sí, es una Venecia decadente, pero con la
fuerza eterna de un encanto inmortal.
Las reflexiones de diferente naturaleza son interesantes, en esta, por ejemplo, habla sobre la naturaleza arbitraria del lenguaje, su capacidad para reescribir lo real y convertirlo en una maraña de virtuosismo poético.
Un hombre que había dejado a su mujer inconsciente de una paliza y le había provocado una pérdida de visión en un ojo hablaba durante el interrogatorio de lo " difícil que le resultaba mantener, de forma sostenida, una relación que lo ayudara a ver la vida de forma positiva".
Como siempre lo podemos encontrar en la editorial, Seix Barral. Aquí os dejo datos de interés.
Las reflexiones de diferente naturaleza son interesantes, en esta, por ejemplo, habla sobre la naturaleza arbitraria del lenguaje, su capacidad para reescribir lo real y convertirlo en una maraña de virtuosismo poético.
Un hombre que había dejado a su mujer inconsciente de una paliza y le había provocado una pérdida de visión en un ojo hablaba durante el interrogatorio de lo " difícil que le resultaba mantener, de forma sostenida, una relación que lo ayudara a ver la vida de forma positiva".
Como siempre lo podemos encontrar en la editorial, Seix Barral. Aquí os dejo datos de interés.
- Nº de páginas: 320 págs.
- Encuadernación: Tapa blanda
- Editorial: SEIX BARRAL
- Lengua: CASTELLANO
- ISBN: 9788432215773
Un hombre sordo y deficiente que trabaja en una
tintorería del vecindario del comisario Brunetti aparece muerto por una
sobredosis de pastillas. El incidente sobrecoge a la esposa del comisario,
Paola, pues repara por primera vez en un hombre que por su condición había
pasado totalmente desapercibido. La inquietud y el sentimiento de culpabilidad
de Paola por su propio desinterés y el hecho de que haya muy pocos precedentes
de suicidas con minusvalías psíquicas hacen que Brunetti se ponga en marcha. Lo
que comienza como una simple pesquisa para satisfacer su curiosidad termina
convirtiéndose en una compleja investigación, en la que se vuelca toda la
comisaría cuando nuestro protagonista descubre que el fallecido no figura en
ningún registro y que todo aquel con el que habla tiene algo que ocultar.
«Brunetti ha entrado a formar parte de la lista de detectives clásicos de novela negra», Evening Standard.
«Brunetti ha entrado a formar parte de la lista de detectives clásicos de novela negra», Evening Standard.
«Lo que resulta tan inquietante en las novelas de Donna Leon es la capacidad que tiene para mostrar que la corrupción es algo omnipresente en la sociedad», The Times.
«Una de las mejores series de novela negra contemporánea», The Independent.
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